Cuando mi ánimo sea lúgubre y mi semblante carezca de sonrisa...
es porque vienen a memoria tiempos antaños, en que el sufrimiento me era extraño; cuando mi boca se llenaba de risa.
Entonces, con fuerza determinante elevaba la mirada desafiante ante los venideros obstáculos... y con ojos añorantes abrazaba el destino preciado.
¿Será que los años han pasado de prisa y sólo me quedan cenizas de momentos expirados? ¿Será que mi alma está poblada de tristeza acumulada y la soledad enmarañada me consume desde adentro?
Ahora que avejento, me traiciona la memoria... mi momento de gloria ha llegado a su final. Tan sólo soltaré mi último aliento y en las alas del viento me verán volar.
Hanny Selbor ©Todos los derechos reservados
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